lunes, 16 de abril de 2007

Tokyo: La gente

NOTA: Este post será actualizado con fotos en cuanto estén disponibles el resto de fotos del viaje, que serán puestas a disposición por los agrupadores en Tokyo en breve plazo...

Algo que no falta en ningún (o casi ningún) viaje es el elemento humano: la compañía. En mi caso, jugaba sobre seguro, ya que tres grandes tipos que conocí en el master andaban por allí. A saber: Iván, actual becario de inversiones de la Oficina Comercial de la Embajada (¡¡suena bien!!) y líder oro del grupo okupa de Semana Santa, albergando hasta 6 personas consigo en 31 m2 de piso, entre ellos yo, María, becaria de moda española en la Oficina Comercial de la Embajada (¡¡También suena bien!!), que se dejó ver convenientemente durante los saraos más concurridos, es decir, el ya mencionado Hanami (botellón bajo los cerezos en flor), copitas de miércoles night... y Adrián, becario hábitat de la Oficina Comercial de la Embajada (no podía permitir haber nombrado el título de los otros dos y dejármelo fuera a él) aquejado durante la visita de achaques propios de la edad, aunque a las copitas del miércoles si conseguimos que asistiera, antes de emprender su Semana Santa allende las fronteras japonesas.

Además de ellos, hay que nombrar a las visitas que andaban ya por Tokyo cuando yo llegué, es decir, los hermanos Hernández y Hernández (José Marcos y Jorge, quien además es antiguo compañero de colegio y facultad), y Don Francisco, "chico" para los amigos. Ellos fueron mi "equipo" los tres primeros días para seguir la gymkana que nos había preparado líder oro (muy japonesa... unos tres templos de media por cada medio día) y por la que estamos sumamente agradecidos, ya que hubiera sido muuuuuy complicado comunicarse con cualquier japonés (lo intentamos) para preguntar qué hay que ver o cómo llegar, cosas que teníamos de antemano con mapas realizados con detalle ad-hoc por líder oro.

También hay que mencionar las visitas de Megumi... pero claro, no hemos presentado todavía a Megumi: becaria COMEX de la Oficina Comercial de la Embajada, con sangre japonesa en sus venas, y sus dos visitas: Bárbara y Fara, bellas acompañantes en el resto del viaje que hacía que el grupo de 21 personas que en algún momento se movía por Japón no fuera un batallón de infantería.

Por otro lado, dos Borjas: Borja Sánchez, becario de comercio exterior de la Oficina Comercial de la Embajada (este si que suena bien...) y Borja Robleda, becario de moda, que aparecieron y desaparecieron como el Guadiana, pero que estaban ahí siempre que había fiesta, lo que nos hace preguntarnos si apareceríamos en los periódicos japoneses: ya me estoy imaginando la noticia "Líder oro envía las tropas españolas al Palacio Imperial de Tokyo la mañana del martes. Se ruega a la población que libere los caminos entre la estación de tren y el palacio, y se abstengan de echar soja a los guerreros de infantería. Son extremadamente abiertos e easygoing aunque no sepan una palabra de japonés, por lo que si quiere hablar con ellos, no tiene más que devolverles la reverencia que van haciéndole a todo el mundo".

Cómo iba a olvidarme del gran Pichón... digo Señor Don Pablo Picón, acompañado esta vez de Silvia, quien fue capaz de compartir 31 m2 (¿eran 31, Iván?) con otros 6 tíos durante... una noche (más que suficiente, seguro que pensará ella). El gran Pablo buscaba un casco, pero acabó comprándose un curioso atavío de escolar nipón que hay que reconocer que no le quedaba mal, pero que a punto estuvo de hacer que se congelara durante el viaje. Hay que decir que Pablo consiguió llevarse algo de dinero de vuelta, o más bien que no hipotecó la beca antes de volver a Malasia... perdón, ¡Filipinas!.

Y por último, Enrique's people. El grupo de Enrique, becario de información e informática de la Oficina Comercial de la Embajada, fue el más numeroso, con siete miembros en su grupo, que una vez unidos a los del resto, formaban el batallón de españoles que coincidió en Semana Santa en Japón.

Una vez hechas las presentaciones, y una vez que complementemos este post con las fotos y vídeos prometidos, pasaremos a describir el viaje con pelos y señales. Hasta entonces... Arigató gon sai máaaas.

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viernes, 13 de abril de 2007

Tokyo: El viaje

La historia del viaje comienza unos días antes de salir, ya que la semana anterior a mi partida me tuve que mudar, pero eso será tema de otro post...

El sábado por la mañana, me levanté tempranito para ir al aeropuerto con tiempo, pero por avatares del destino acabé saliendo de casa a la hora que tenía previsto llegar allí. Como la ley de Murphy es la ley que más se cumple, después de la de la gravedad, una vez allí, me fui directo al mostrador. Una danesa muy maja, me dejó colarme descaradamente (mi cara debía ser un poema) y entonces ocurrió: había overbooking, y no había plazas...

Me cogieron la maleta en stand-by, me generaron un pase (que no una tarjeta de embarque) y me dijeron que pasara el control de policía a toda leche y fuera al mostrador de embarque. Allí, dos azafatas majísimas me cogieron el pase, y tras ciertas discusiones y llamadas, acabé en el asiento 1D (business).

Yo de mayor quiero ser rico: ¡¡qué maravilla!!. ¿Sabíais que hay cubertería de metal en los aviones? ¿y vasos y copas de cristal? ¿y que dan fruta en el menú? Concretamente el desayuno fue: tres tipos de queso diferente, una ensalada con tomates cherry, lechuga, pepino..., jamón york, pan caliente de tres tipos, la fruta, chocolatinas...

En Londres la escala fue larguilla, de unas cuatro horas y media, pero bueno, dio tiempo a darse una vueltecita y comprarle una botellita a Iván, y a descansar un poco en los sofás (aunque hubiera viajado en business, no iba a colar la sala VIP). Este fue el pájaro que me llevó y me trajo: el Boeing 747



Dos abuelitas británicas fueron mis compañeras de viaje a la ida (no suelo poder dormir mucho en los aviones) y dieron conversación cuando las películas o los periódicos me cansaban.

Llegué a Tokyo pasadas las 12, con tiempo justo de cambiar el JRPass (pase para los trenes de la compañía JR de una semana) y coger el Narita Express (tren lanzadera entre el aeropuerto y Tokyo central st.), pero no iba a ser todo tan fácil... En inmigración me hicieron abrir la maleta y revolvieron un poco, pero la cola en la oficina de canje del JRPass era lo suficientemente grande para no llegar a tiempo. Busca una cabina para llamar a Iván que no llego en el de las 12, sino en el de la 13. Las cabinas no cogen billetes, así que necesito monedas, pero no hay máquinas de cambio a la vista. La del kiosko no quiere cambiarme, el de la pastelería tampoco... al final el tipo de la tienda de fotografia -contra pequeña compra- me da mis primeras monedas de Yen. Aviso a Iván, y me dirijo al andén.

Aquí puedo confirmar que en Japón, NADIE HABLA INGLÉS, ¡ni siquiera en el aeropuerto!. La cara que ponía el jefe de estación cuando quise confirmar que ese era mi tren, mi andén... uffff. Un irlandés majete me lo confirmó, y llegué al lugar convenido de la conexión con el metro antes incluso de lo esperado.

Una vez reunido con Iván, el plan fue: dejar en casa la maleta y la ropa de danés, coger una camiseta e irnos a hacer hanami (botellón en el parque bajo los cerezos en flor) con unas dos horas y media de retraso. Aquí conocí a mucha de la gente con la que pasé mi semana de vacaciones, y a modo de presentación, un vídeo de Iván:



Aquí merece mención aparte la cantidad de frikis que había en el puente desde la estación de tren a la entrada del templo de Yoyogi (aprovechando que va a ser de los pocos nombres que voy a recordar): muchos disfrazados, algunos bailando, el free hugs...



Daba igual dónde mirara: ¡flipaba a cada paso!. La cena fue genial a base de sushi con José Marcos, su hermano Jorge (compañero de colegio y facultad: ¡qué pequeño es el mundo!), Francisco (en adelante Chico), Iván (en adelante indistintamente por su nombre o como "líder oro") y María.



A todo esto, era domingo por la noche, yo había salido el sábado por la mañana, y de dormir podríamos contabilizar varias cabezadas de diez minutos o cuarto de hora... ¡ES UNA FORMA PERFECTA DE NO TENER JET LAG! Símplemente, no se duerme y ya está.

Continuará...

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Tokyo report is comming...

Please, be patient!

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